Fresa
La planta de la fresa es pequeña de no más de 50 cm de altura, pertenece a la familia Rosaceae, al género Fragaria. Lo que se conoce como fruto, es en realidad el receptáculo floral engrosado (aquenio), sobre el cual se observan las semillas como pequeñas manchitas amarillas. Hay varias especies: en Europa se cultivaban la especies Fragaria vesca y Fragaria alpina de pequeño tamaño; con el descubrimiento de América se hallaron dos nuevas especies de mayor tamaño conocidas como fresones, que pertenecen a las especies F. chiloensis, de Chile y F. virginiana de los Estados Unidos de Norteamérica.
Usos
La fresa es utilizada en postres, tártaras, queques, batidos, en la combinación con cereales, yogurt, también son muy ricas y nutritivas en ensalada con lechuga, aguacate y pepino y diversidad de hortalizas. Las fresas y sus beneficios para la salud
Tiene virtudes anti-anémicas y reconstituyentes, ayudan a controlar la diarrea y a hacer la digestión. Al poseer ácido salicílico, se dice que puede colaborar en el alivio de dolor de cabeza y la fiebre, favorece a combatir los dolores reumáticos ya que ayuda a eliminar el ácido úrico del organismo. Los frutos son ricos en vitamina E y betacarotenos que junto con la vitamina C, la convierten en una fruta con propiedades antioxidantes.
Es particularmente importante cuidar la manipulación y el almacenamiento del producto, pues como este se consume fresco, puede adquirir muchos agentes de riesgo para la salud humana. No está de más un cuidadoso lavado antes de su utiliación.
Contraindicaciones para su consumo
Debido a su alto contenido en ácido salicílico, produce en algunas personas reacciones alérgicas que normalmente no van más allá de hinchazón de labios o una simple urticaria. Se trata de las mismas personas que tienen alergia a la aspirina. Para aquellas personas que padecen de intestino delicado como colitis, colon irritable, el consumo de fresas no es recomendable ya que puede provocar irritación.
Como conservar la fresa
Los frutos de fresa se conservan mejor en el refrigerador o bien, en un lugar fresco, oscuro y con ventilación. Las frutas no deben estar “apuñadas” sino separadas, por ejemplo en una fuente o en un plato plano, de forma que el aire circule libremente entre ellas para evitar acumulación de humedad y desarrollo de hongos. En estas condiciones se pueden conservar hasta 4-5 días, si no están en exceso maduras.
Al ser una fruta tan perecedera, es preferible consumirla lo más pronto posible luego de adquirirla.
Elaborado por Sonia Chinchilla Montes
SIA-CNP
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